Orígenes de la gestión de casos
Las raíces de la gestión de casos se remontan a los
inicios del trabajo social y al acento que Mary
Richmond ponía en la importancia de los enfoques
centrados en el cliente para la coordinación y la cooperación
entre agencias. Ya en 1901, ella identificó
algunos problemas asociados a la expansión de los
servicios, en especial la ausencia de una adecuada
coordinación y comunicación entre agencias. Su
enfoque era multifacético e incluía la identificación
de fuerzas en varios planos: personal, familiar, vecinal,
ciudadano, de la beneficencia privada y de la
asistencia pública. Su modelo anticipa conceptos
actuales, como los de ‘persona en un contexto’ y el
enfoque dual (del cliente y del sistema), propios de
la gestión de casos.
Los orígenes de la gestión de casos propiamente
dicha se hallan en el Acta estadounidense de
Servicios Coaligados de 1971, que reconocía la necesidad
de mejorar los programas de ámbito estatal y
local de los departamentos de Salud, Educación y
Bienestar. Para ello, se implantaron una serie de proyectos
piloto de mecanismos de coordinación, principalmente
a escala local, que incluían el desarrollo de
nuevos sistemas de información y referencia, sistemas
de seguimiento de clientes, centros de servicios
integrales y procedimientos de gestión de casos.
Objetivos de la gestión de casos
Según Austin (Austin y McClelland, 1996: 78), y en
referencia al apoyo a las personas que necesitan
cuidados de larga duración, los objetivos pueden
ser de dos tipos:
a) Orientados hacia el cliente
-Asegurar que los servicios proporcionados son
adecuados para las necesidades de ese cliente
específico.
-Supervisar las condiciones del cliente para garantizar
la adecuación de los servicios.
-Servir como único punto de contacto que coordina
la provisión de servicios que provienen de sistemas
distintos y fragmentados.
-Mejorar el acceso y la continuidad de y entre los
servicios.
- Apoyar a los cuidadores y personas de apoyo del
cliente.
-Servir de enlace entre el sistema institucional
(basado en instituciones) y el sistema de atención
basado en la comunidad.
b) Orientados hacia el sistema
-Identificar carencias y fallos de servicios en la
comunidad.
-Facilitar el desarrollo de más servicios no institucionales
(residenciales).
-Promover la calidad y la eficiencia en la provisión
de servicios
-Mejorar la coordinación entre los proveedores de
servicios
-Prevenir institucionalizaciones inadecuadas
mediante la detección de casos susceptibles de la
gestión de casos como alternativa de la institucionalización.
-Controlar los costes mediante el control del acceso
a los servicios, especialmente a los más caros,
examinando su adecuación y la ausencia de alternativas
más eficientes.
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